Quiénes son los nómadas digitales y cuál es su huella en el mundo

En muchas grandes ciudades de países en vías de desarrollo, cada vez es más frecuente encontrarse con una cierta población de residentes extranjeros conocidos como “nómadas digitales”. Casi siempre provienen de naciones del primer mundo y, por ende, sus pasaportes les permiten un alto grado de libertad para viajar.

Su característica esencial es su fuente de trabajo: son programadores, creadores de contenido, diseñadores o desarrolladores, entre otras profesiones típicas de los millennials y generaciones más jóvenes. Es decir, empleos que no requieren más equipo ni más oficina que una laptop y una mesa vacía en cualquier biblioteca pública o cafetería.

Así, los nómadas digitales pueden viajar por varios territorios y mantener su profesión normal, por la que cobran en dólares o euros, que luego cambian a la moneda local en una tasa de conversión que en la práctica es sumamente ventajosa. Todo sin la necesidad de conseguir una visa de trabajo ni pagar impuestos en cada nuevo país al que llegan.

La huella de los nómadas digitales en el mundo

En algunos lugares, como Costa Rica o Estonia, incluso se han aprobado leyes específicas para estos extranjeros. En el país centroamericano, por ejemplo, en 2021 se promulgó una ley que otorga visas a nómadas digitales, permitiéndoles a ellos y sus familias vivir y trabajar en el territorio nacional durante un año, que puede extenderse hasta por doce meses más. Esta visa requiere que los ciudadanos extranjeros tengan un ingreso mensual superior a tres mil dólares estadounidenses, o cinco mil si la solicitud es para una familia completa.

Mientras que en el país báltico desde 2014 se puso en marcha el programa de residencia virtual e-Residency of Estonia, dirigido a empresarios independientes como programadores y desarrolladores de software, que les permite a estos extranjeros acceder a servicios nacionales como formación de empresas, banca, procesamiento de pagos e impuestos, dándole a cada residente electrónico una tarjeta inteligente que puede usar para firmar documentos.

Los mejores destinos para nómadas digitales

En enero de este año, el sitio comunitario Digital Nomads publicó una clasificación de los principales destinos del mundo para los nómadas digitales, tomando en cuenta factores como el costo de vida mensual del destino y la velocidad de internet inalámbrico. El top 10 estuvo dominado por destinos de Europa y Asia, con cada continente obteniendo cuatro lugares. Los dos restantes estaban en Australia y África, una ciudad en cada uno.

La velocidad del Internet es primordial para los nómadas digitales

Grandes capitales de la cultura europea como Barcelona, Berlín o Budapest son elecciones interesantes, y vale la pena notar que en la capital húngara el costo de vida es casi la mitad que en las otras dos. Ciudad del Cabo tiene un escenario natural fantástico y una población diversa, aunque en Sudáfrica no hay ningún tipo de visa para nómadas digitales.

Melbourne y Ho Chi Minh, sin sorpresa, de los diez destinos son el más caro y el más económico: la ciudad australiana es conocida por su conectividad Wi-Fi de primer nivel y amplia población de extranjeros, mientras que la capital vietnamita es hoy una ciudad trepidante con una animada vida nocturna y deliciosa cocina local.

Pero quizá la ciudad que más llame la atención sea Chiang Mai, la población más grande del norte de Tailandia, convertida hoy en un centro para trabajadores remotos, con muchas cosas para explorar, favorecida por un clima más fresco en comparación con otros lugares del sudeste asiático.

Tailandia ya cuenta con una visa para “Profesionales que trabajan desde Tailandia” desde fines del año pasado. Los solicitantes deben tener al menos $80,000 de ingresos anuales dos años antes de presentar la solicitud, o una maestría, o propiedad intelectual.

Los dos lados de la moneda del nomadismo digital

Además de la idílica (aunque no muy exacta) imagen del trabajador rompiendo las cadenas que lo unen a su escritorio y viajando y viviendo la buena vida, hay algunas cosas optimistas, más tangibles, que se pueden decir de este fenómeno social.

Una muestra: se estima que los nómadas digitales gastan más del 35% de sus ingresos en el lugar donde se hospedan, una inyección de capital que más de una ocasión ha significado un repunte en las economías locales, principalmente promoviendo la industria de alojamiento y la venta de bienes de consumo.

Los nómadas digitales gastan más del 35% de sus ingresos en el lugar donde se hospedan

También hay beneficios para los dueños de las empresas, ya que un análisis publicado en Strategic Management Journal, en 2021, concluyó que existe una relación causal entre la productividad de los trabajadores y la opción de “trabajar desde cualquier lugar”, pues quienes se liberaron de las limitaciones geográficas mostraron un aumento de producción promedio del 4.4 por ciento.

Para el nómada digital, además de satisfacer el deseo de viajar, este estilo de vida tiene un aspecto económico positivo: el costo de vida más bajo que a menudo se encuentra en las ciudades que los reciben. El problema es que ése es justamente el aspecto que los locales perciben como negativo.

Sin embargo, el nomadismo digital tiene una grave consecuencia que no afecta a los nómadas mismos, sino a los anfitriones: lo que algunos llaman la “gentrificación transnacional”, un fenómeno social muy peligrosamente parecido al colonialismo, por el simple hecho de que los nómadas digitales, en su mayoría, son ciudadanos de potencias globales, y los países a los que viajan generalmente sufren muchos retos económicos.

He ahí la receta perfecta para que la inyección económica de los extranjeros eleve, para los locales, los costos de absolutamente todos los productos de la vida cotidiana, empezando por la renta; he ahí la receta perfecta para una competencia por la vivienda entre los nativos y los trabajadores itinerantes, donde muchas zonas residenciales ven rápidamente cambiar la composición demográfica de sus vecindarios cuando los costos de las rentas se duplican o triplican, llegando a precios impagables para los ciudadanos originarios de esos barrios.

Nomadismo digital en México

Un caso que ilumina especialmente el grado hasta el que ha avanzado esta situación es el acuerdo que firmaron, en octubre de 2022, la compañía de hospedaje Airbnb y el gobierno de la Ciudad de México, según sus propias palabras, “para posicionar a la ciudad como capital del turismo creativo y los trabajadores remotos en América Latina”.

Con la firma de ese documento legal, la Ciudad de México se unía a la campaña de Airbnb Live & Work Anywhere que fue lanzada luego de que, a nivel global, las estancias de largo plazo en Airbnb aumentaron casi un 25% en comparación con 2021 (y casi 90% desde el segundo trimestre de 2019); en el caso de la Ciudad de México, donde el 91% de los espacios de renta para turismo se encuentran concentrados en Airbnb, el aumento fue de un 30% en el segundo trimestre de 2022 en comparación con el mismo periodo de 2019.

Pero alrededor de veinte días después de que la alcaldesa capitalina anunciara el acuerdo, distintas asociaciones de vecinos de las colonias Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Benito Juárez, en la zona céntrica de la ciudad (un área que conjuga bellísima arquitectura colonial con algunos de los puntos urbanos más modernos de América Latina, un área notablemente habitada por nómadas digitales), realizaron una protesta masiva en contra del convenio.

Gritando cánticos como “No más gentrificación o habrá revolución” y “Vivienda para vivir, no para invertir”, los vecinos se manifestaron precisamente para denunciar el aumento sistemático a los precios de las rentas y la expulsión de vecinos de departamentos en zonas turísticas.

Ante este panorama, y tras una intensa campaña de escrutinio en la prensa, el gobierno anunció que pondría una pausa a su proyecto hasta que se redactara, con la asesoría de activistas, un reglamento urbano para regular todas las plataformas para alojamientos de turistas en la Ciudad de México con el fin de evitar el aumento de precios en las rentas para vivienda, así como los costos de consumo en restaurantes y otros comercios ubicados en zonas turísticas.

¿Tú qué opinas del nomadismo digital y su impacto en el mundo?

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