El día de la Virgen de Guadalupe en México: origen y actualidad

Muchos historiadores llaman “conquista espiritual” al proceso de evangelización que iniciaron los españoles tras la caída de Tenochtitlan en 1521. Un proceso en el que los misioneros se encargaron de satanizar lo más posible la antigua religión indígena. Pero curiosamente, uno de los recursos que más utilizaron fue asimilar alguna deidad autóctona con algún santo o alguna virgen. Así fue como nació el más exitoso mito y símbolo del catolicismo mexicano: la Virgen de Guadalupe.

Se trata de una aparición mariana, es decir, una manifestación de la Virgen María, ocurrida según la leyenda en 1531. Desde 1709 la Virgen de Guadalupe cuenta con su propio santuario en la Ciudad de México. Hoy día recibe alrededor de veinte millones de visitantes al año. La basílica de Guadalupe es el templo católico más grande de Latinoamérica, con un aforo para diez mil personas. Y es también muestra del sincretismo religioso propiciado por la conquista espiritual.

Tonantzin y Guadalupe

Antes de la llegada de los españoles, el cerro del Tepeyac ya era un centro de adoración. Así lo relató Fray Bernardino de Sahagún en su Historia general de las cosas de la Nueva España:

 En este lugar tenían un templo dedicado a la madre de los dioses, que ellos llaman Tonantzin, que quiere decir nuestra madre. Allí hacían muchos sacrificios en honra de esta diosa, y venían a ella de muy lejanas tierras, de más de veinte leguas de todas las comarcas de México, y traían muchas ofrendas: venían hombres y mujeres y mozos y mozas a estas fiestas.

Tonantzin significa “nuestra venerable madre” y se cree que en realidad ese término designaba a distintas divinidades femeninas:

  • Tocih (Temazcaltecih), diosa de la salud, señora de la maternidad y de las hierbas medicinales.
  • Cihuacóatl, diosa del nacer y del fallecer, señora de los médicos y recolectora de las almas.
  • Chicomecóatl, diosa de la agricultura, señora de las cosechas y de la fecundidad.
  • Citlalicue, diosa de la Vía Láctea, señora de las estrellas.
  • Coatlicue y sus hermanas Xochitlicue y Chimalma, diosas de la fertilidad, señoras de la vida y de la muerte, guías del renacimiento.
  • Tonacacíhuatl, diosa primordial del sustento, señora de la furtividad.
  • Omecíhuatl, diosa primordial de la sustancia, señora y diosa de la creación de todo el universo .

El templo fue destruido durante la conquista, pero eso no destruyó la devoción. Entonces, el 9 de diciembre de 1531, según cuenta la leyenda, ocurrió el milagro guadalupano.

Un mito fundacional de la Virgen de Guadalupe

Sin afán de precisión y sin pormenorizar puede resumirse de la siguiente manera. El 9 de diciembre de 1531 el indígena Juan Diego Cuauhtlatoatzin es testigo de una aparición divina en el cerro del Tepeyac. Es la Virgen de Guadalupe que le ordena que informe del milagro al obispo de México, Juan de Zumárraga. Juan Diego obedece, pero las autoridades eclesiásticas lo ven con desdén y desconfianza. El desprecio del párroco por el indio es un admirable rasgo de la realidad. Ese detalle, en su momento, debió hacer más verosímil el mito.

Juan Diego regresa derrotado al cerro y le explica a la virgen lo que pasó. Ella lo consuela y le ordena que recoja un fardo de flores en una tela. Él entiende que las flores serán la evidencia que convenza a Zumárraga, y en efecto así ocurre. Al llegar al palacio del obispo, Juan Diego nota que la burda tela que cargaba las flores se ha convertido en un lienzo pintado por mano divina. En la pintura se aprecia la imagen de una virgen con piel morena y rasgos ligeramente indígenas. Esto ocurrió un 12 de diciembre.

La genialidad de este mito es que vinculaba a la nueva religión católica directamente con el pueblo al que deseaba convertir. Con una virgen particular, la iglesia católica oficialmente le daba a la Nueva España entrada a su reino. Non fecit taliter omni nationi, “No hizo [Dios] nada semejante con ninguna otra nación”, fueron las palabras del papa Benedicto XIV, cuando confirmó el patronato de la Virgen de Guadalupe sobre el territorio mexicano, en 1754.

El sincretismo Guadalupe Tonantzin

El día de la Virgen de Guadalupe se celebra el 12 de diciembre, fecha de su última aparición. La principal tradición que esto entraña es una peregrinación al santuario de la Virgen: la Basílica de Guadalupe.

Curiosamente quienes acuden son los mismos pueblos que antes adoraban a Tonantzin. Esto no pasó desapercibido para el cronista Fray Bernardino de Sahagún, quien desde los primeros años sospechaba que los indígenas disfrazaban su culto a Tonantzin visitando el nuevo templo:

…ahora que está ahí edificada la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, también la llaman Tonantzin, tomando ocasión de los predicadores que también la llaman Tonantzin. …y vienen ahora a visitar a esta Tonantzin de muy lejos, tan lejos como de antes, la cual devoción también es sospechosa, porque en todas partes hay muchas iglesias de Nuestra Señora, y no van a ellas, y vienen de lejanas tierras a esta Tonantzin como antiguamente.

Lo cierto es que después de 500 años la imagen de la Virgen de Guadalupe y la de Tonantzin son ya indisolubles y esta advocación de la Virgen María, lo mismo que su fiesta, se ha convertido en un rasgo de identidad del pueblo mexicano.

La celebración de la Virgen de Guadalupe, hoy

Ahora, además de la gran peregrinación a la basílica de Guadalupe en la Ciudad de México, también se hacen peregrinaciones a los principales templos católicos de cada localidad. Ya forma parte de la tradición, durante la caminata, que los peregrinos entonen el himno de La Guadalupana que cuenta la historia de la aparición de la Virgen de Guadalupe ante Juan Diego.

El himno de La Guadalupana cuenta la historia de la aparición de la Virgen ante Juan Diego

En cada templo donde existe una imagen de la Virgen de Guadalupe, desde la víspera del 12 de diciembre, se reúnen conjuntos musicales de casi todos los géneros para cantarle una serenata. Además de las peregrinaciones, la música y los distintos espectáculos de pirotecnia, durante todo el día se ofician misas y se llevan a cabo rezos específicos.

De hecho, entre las 00:00 y las 19:00, hay en promedio ocho liturgias especiales. Algunas de estas liturgias son la misa vida consagrada, el oficio de lecturas o la solemne concelebración. En esta última participan varios sacerdotes y se consagra el pan y el vino.

Pero en realidad el factor religioso de la celebración es igual al de la algarabía y el ambiente de feria: puestos ambulantes de comida, a veces de alcohol, y diversos tipos de consumibles se instalan en las inmediaciones de las iglesias y calles aledañas.

Y en lugares fuera de México con gran presencia de mexicanos, como Los Ángeles, esta celebración adquiere un tono conmemorativo de la identidad nacional, que muy poco tiene que ver con el dogma católico.

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